El pasado año 2016 se conmemoró el octogésimo aniversario de la trágica desaparición del músico y compositor burgalés Antonio José Martínez Palacios (Antonio José), que fue ejecutado en el ‘Monte de Estépar’, muy cerca de su ciudad natal, en octubre de 1936 a los pocos meses de comenzar la Guerra Civil española. Los responsables de su asesinato no solo quisieron acabar con la vida de este joven artista, sino también acallar y enterrar para siempre su recuerdo.
Por fortuna el talento y la personalidad de Antonio José fueron mucho más poderosos que las balas y la desmemoria, y su nombre y su música han conseguido traspasar las fronteras del tiempo y de la historia.
En la actualidad, gracias al trabajo de unos cuantos estudiosos (en especial de su biógrafo Miguel Ángel Palacios y del compositor Alejandro Yagüe), su intensa trayectoria vital y creativa sigue atrayendo a distintos investigadores y musicólogos
(curiosamente muchos de fuera de nuestras fronteras) y algunas de sus obras, en especial sus composiciones para guitarra y piano, son interpretadas por músicos de todo el mundo. Un ejemplo de esto último es su ‘Sonata para guitarra’ que está considerada como una de las tres más importantes del siglo XX, junto con la del sevillano Joaquín Turina y la del argentino Alberto Ginastera.
Foto: Archivo Municipal de Burgos